El hampa ha tomado las calles más peligrosas del Callao. Atrás quedaron las pandillas juveniles que, con piedras y chavetas, se enfrentaban para defender sus territorios. Ahora, estos muchachos se han organizado y actúan en mafias que no temen desatar balaceras y teñir las calles chalacas de sangre.
Solo en la última semana se han registrado cuatro muertes. Ayer, otro obrero de construcción civil, identificado como Carlos Gutiérrez Guzmán (37), fue asesinado de cuatro balazos en la puerta de su casa, ubicada en la urbanización 200 Millas. La razón: un ajuste de cuentas entre bandas organizadas que trabajan en este sector.
SON MAFIAS. Para el especialista en temas de seguridad ciudadana, Gabriel Prado, los delincuentes dejaron de formar pandillas para convertirse en grandes bandas de extorsionadores que no temen actuar armados contra sus víctimas.
“Estos grupos han escapado del patrón de cualquier pandilla juvenil porque ya son rankeados. Tienen más poder y más presencia, además de mayor uso de violencia. No es solamente el chantaje por el cupo, son muertes”, sostiene Prado.
Por ello, la presencia de mafias como la de “Los Malditos de Castilla’, “Los Feroces de Atahualpa’, “Los de Loreto’ y lo conocidos “Noles’, que ahora han jurado vengar las muertes de sus compañeros, han desatado el pánico en la población chalaca.
Para el jefe de la región policial del Callao, Jorge Luis Guerrero, los grupos que invaden los barrios más inseguros del primer puerto están integrados por “jóvenes que, en su momento de pandilleros, fueron líderes. Es una acción cíclica entre los mismos delincuentes”, precisa.Según la Policía, la lucha por el control de los cupos en las obras de construcción es una de las principales hipótesis de los móviles de los recientes enfrentamientos entre delincuentes.
“Esta gente, que está trastocada en sus valores, se presenta como trabajadores de construcción… es su fachada; pero, en el fondo, lo que busca es tratar de extorsionar”, explica el jefe policial.
Ayer, en el entierro de Jhonatan Castillo, líder de “Los Feroces de Atahualpa’, que se realizó en el cementerio Baquíjano, un gran contingente policial tuvo que acompañar el cortejo fúnebre para evitar algún enfrentamiento con la banda enemiga.
MÁS OPERACIONES. Frente a esta “guerra’ desatada en varias zonas del primer puerto, la Policía ha decidido intensificar las operaciones para identificar a los cabecillas de las bandas y poder capturarlos.
Solo en lo que va del año – según información policial–, se han realizado más de 4 mil 600 intervenciones en zonas rojas como los jirones Loreto, Castilla y Áncash.
Asimismo, trabajarán con la participación de juntas vecinales y representantes de la comuna chalaca.
Obtenido de: www.peru21.com.pe
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