HUANCAYO | ROSARIO RODRIGUEZ
rrodriguez@epensa.com.pe
"Papi buenas noches, ya estoy saliendo de Ayacucho, no te preocupes, descansa, yo tomo un taxi, cuando llegue te llamo, un beso", fue el último mensaje que "Oli" Meneses Casani (23), escribió a su padre Darwin Meneses a las 21:06 horas del sábado. Unas cinco horas después la estudiante que hace unos días culminó sus estudios de Bioquímica y Farmacia en la Universidad San Agustín de Huamanga, expiraba sobre una de las inmensas rocas del río Mantaro. El bus que abordó junto a otros 47 pasajeros, cayó a un abismo de 100 metros en el paraje Cocharán, anexo de Quichuas, distrito de Colcabamba, Huancavelica. La cariñosa y talentosa universitaria, es una de las 18 víctimas fatales del terrible accidente suscitado en la madrugada del domingo. Sus padres, Eloísa y Darwin, no tienen consuelo, la niña de sus ojos yace en un féretro blanco y hoy le darán el último adiós en el cementerio de Huancayo. El lamento es doloroso para todos los deudos, que culpan al chofer Pedro Oroya Meza (26) del accidente fatal que acabó con los sueños de 18 viajeros, que partieron de Ayacucho para reunirse con sus familias y nunca llegaron a su destino. Los cadáveres irreconocibles y destrozados, reposan sobre fríos ataúdes, sus familias lloran buscando culpables, exigiendo castigo y los deudos sienten no haber podido decir a sus seres queridos cuanto los querían y lo importante que eran en sus vidas, mas todo está consumado.
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"Papi buenas noches, ya estoy saliendo de Ayacucho, no te preocupes, descansa, yo tomo un taxi, cuando llegue te llamo, un beso", fue el último mensaje que "Oli" Meneses Casani (23), escribió a su padre Darwin Meneses a las 21:06 horas del sábado. Unas cinco horas después la estudiante que hace unos días culminó sus estudios de Bioquímica y Farmacia en la Universidad San Agustín de Huamanga, expiraba sobre una de las inmensas rocas del río Mantaro. El bus que abordó junto a otros 47 pasajeros, cayó a un abismo de 100 metros en el paraje Cocharán, anexo de Quichuas, distrito de Colcabamba, Huancavelica. La cariñosa y talentosa universitaria, es una de las 18 víctimas fatales del terrible accidente suscitado en la madrugada del domingo. Sus padres, Eloísa y Darwin, no tienen consuelo, la niña de sus ojos yace en un féretro blanco y hoy le darán el último adiós en el cementerio de Huancayo. El lamento es doloroso para todos los deudos, que culpan al chofer Pedro Oroya Meza (26) del accidente fatal que acabó con los sueños de 18 viajeros, que partieron de Ayacucho para reunirse con sus familias y nunca llegaron a su destino. Los cadáveres irreconocibles y destrozados, reposan sobre fríos ataúdes, sus familias lloran buscando culpables, exigiendo castigo y los deudos sienten no haber podido decir a sus seres queridos cuanto los querían y lo importante que eran en sus vidas, mas todo está consumado.
Obtenido de: www.correoperu.com.pe
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