lunes, 12 de octubre de 2009

Adios Zambo!

“Ahora ya está en el cielo, armando jarana con San Pedro”. Arturo 'Zambo’ Cavero Velásquez quiso que la gente lo recordara con cariño y alegría, y así fue. El ícono de la canción criolla, el robusto músico que con su peculiar estilo hizo vibrar a los peruanos con su interpretación Contigo Perú, fue despedido ayer a ritmo de guitarra y cajón por miles de personas que se concentraron en el centro de la ciudad para ser partícipes de la serie de homenajes póstumos en su honor.

El artista, que falleció el pasado viernes a causa de una infección generalizada agravada por la obesidad mórbida que padecía, recibió así el cariño de su gente en un domingo decretado día de duelo nacional en su memoria. Su amigo y 'hermano’, ”scar Avilés, quien no asistió a las exequias, dijo muy temprano a una televisora local que ahora el 'Zambo’ debe estar armando jaranas de rompe y raja en el cielo. Y razón no debe faltarle.

GRANDES Y CHICOS LO QUERÍAN. El féretro con los restos de Cavero partió a las 9:30 a.m. del Museo de la Nación hasta la iglesia de Las Nazarenas, donde se oficio una misa de cuerpo presente con la imagen del Señor de los Milagros, del cual era ferviente devoto. El templo quedó chico para los cientos de fieles que albergó en su interior, mientras que en las afueras, más de mil personas rezaban en memoria del músico.

Un gran contingente de seguridad resguardó luego a la miles de personas que acompañaron la carroza fúnebre colonial, tirada por caballos blancos, por los jirones Huancavelica y Carabaya. Cual día festivo, familias enteras se sumaron a este mar humano para lanzarle flores al féretro. Grandes y chicos se confundieron en un mismo sentimiento. Incluso varios niños portaban fotos y recortes periodísticos del 'Zambo’, y otros hasta se vistieron de chalanes y lucieron guitarra en mano. La triste partida del intérprete criollo se convirtió así en un día de fiesta, como lo hubiera querido el artista.

Alrededor del mediodía los restos del 'Zambo’ Cavero llegaron a la Plaza de Armas, donde recibió una serie de homenajes póstumos. El primero de ellos fue por parte de la Municipalidad de Lima. El alcalde Luis Castañeda Lossio le otorgó al músico la Medalla de Lima.

LA ORDEN DEL SOL. Ya en el patio de Palacio de Gobierno, que lucía en sus puertas una gigantografía de Arturo Cavero, el mandatario Alan García presidió la ceremonia de condecoración póstuma con la Orden El Sol en el grado de Gran Cruz al fallecido cantante. Esta es la máxima condecoración que el Gobierno del Perú otorga a las más destacadas personalidades del país y del exterior. Figuras políticas, como los ministros de Estado, y artísticas estuvieron presentes en el acto.

“Para que todos los que crean música y estética sepan que siempre los reconocemos porque son banderas de identidad, de patriotismo y de nacionalidad. Arturo para nosotros ha sido nuestro Luciano Pavarotti del criollismo”, indicó el mandatario. Luego, el cardenal Juan Luis Cipriani oficio una misa de cuerpo presente.

A RITMO DE CAJÓN. Trasportado después por los miembros de la primera cuadrilla del Señor de los Milagros, los restos de Cavero siguieron su recorrido por las calles de la centro de la ciudad hasta llegar al Congreso de la República.
El presidente del Legislativo, Luis Alva Castro, le otorgó al fallecido artista también una medalla de honor del Congreso en el grado de Gran Cruz por contribución a la música peruana y por su repercusión en el extranjero.
Emocionados por la ceremonia y por el ritmo de Perú Negro, los integrantes de la primera cuadrilla no dudaron en mover el féretro de Cavero Velázquez a ritmo de festejo. Ellos estaban seguros de que el músico también estaba feliz, aunque en el cielo.

La música no dejó de acompañar a la voz emblemática de la canción peruana hasta su última morada en el cementerio Jardines de la Paz, en La Molina. Descansa en paz, 'Zambo’ querido. 'Zambo’ del Perú.

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